Jorge Valdano es muy conocido, además de por sus aptitudes futbolísticas tanto en el césped como desde el banquillo, por su don de palabra y presencia. Ayer habló en los micrófonos de la SER, con José Ramón de la Morena. Y soltó alguna perla siempre desde su forma refinada.
La marcha del argentino al término de la pasada temporada suponía más mando para Mourinho, con el que sabido es que no iría a tomar una cerveza juntos. El caso es que ayer dejó entrever, aunque lo tenía prohibido, que si él hubiera seguido en su puesto el club merengue se hubiera hecho con Agüero, algo que empezó a sonar pero se diluyó en el agua conforme pasaban los días. Luego salió un tal Neymar a la palestra, el cual parece ser que lo traerá Papa Noel, los Reyes o Florentino.
Varias fueron las preguntas que tuvo que responder anoche el bueno de Jorge y nunca dejó su estilo elegante y distinguido cuando se tenía que referir a aquellos que le echaron. No sé si era un buen director deportivo, pero creo que el Madrid no encontrará un portavoz mejor. En la victoria ponía la pausa y la cordura, no decía siete palabras si bastaban tres. Cuando llegaba la derrota felicitaba al rival y amparaba a los suyos, haciendo autocrítica cuando debía y denunciando de forma suspicaz aquello en lo que no creía.
Los valores del madridismo se personalizan en Jorge Valdano que, aunque ahora no pertenezca a la nómina del club, siempre quedará definidos en su persona. ¡Gracias Jorge!
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