¿Hasta cuándo nos
dura la resaca de las elecciones? Es increíble la capacidad que tiene el ser humano para indicar lo que NO deben hacer
los demás. Para eso, nos sobramos y nos bastamos.
Después de ver,
escuchar y, sobretodo, leer, he entendido que la democracia no es el mejor sistema político para nosotros.
Probablemente el más justo. Aunque este tema lo dejaremos para otro día.
Nuestro país es
experto en etiquetar:
- Si votas a Vox eres un fascista, racista, etc.
- Si votas a Unidas Podemos, eres un comunista, rojo, etc.
- Si votas a…
- Si votas a Vox eres un fascista, racista, etc.
- Si votas a Unidas Podemos, eres un comunista, rojo, etc.
- Si votas a…
¿No vivimos en
una democracia? ¿No tenemos el derecho (que no el deber, ojo) a votar a quien
nos plazca? ¿No hay una ley electoral que exige unos requisitos para que un
partido sea legal? Hablemos de esos
requisitos…
Me parece mucho más grave que existan partidos
políticos con miembros en sus filas que han sido condenados por terrorismo o
corrupción. ¡Coño, que nos han estado robando! Ladrón de guante blanco lo
llamaban. Y ahora nos preocupamos por el inmigrante que nos va a quitar el
trabajo. ¿Qué trabajo? ¿De verdad?
Detesto en el
absurdo que se ha convertido hoy hablar de política. Un teatro cínico de
intereses desproporcionados donde las
personas actúan de manos extensoras de barata propaganda electoral,
reenviando noticias o fake news sin importarles la fuente o su veracidad, da
igual, porque solo interesa lo que el
otro ha hecho mal o lo mal que lo pasaremos.
A toda esa gente,
un mensaje muy simple: “Construir
siempre es mejor que destruir”.