En el arte de la guerra se decía que "la mejor defensa es una buen ataque". Y eso es lo que está ocurriendo. Veo 'habitantes' que cuestionan a los aspirantes por no estar empadronados, o por no estar trabajando en el municipio. Sigo la vista atrás y aparece alguna denuncia por saltarse normas de la Junta Electoral en plena campaña.
Que no digo que falte o no razón, ni siquiera que sea o no legal pero, ¿somos poco más de 21.000 habitantes y ésto es lo que nos interesa? ¿Qué envergadura acapara el interés de unos pocos? Me preocupa palpar más el anhelo de poder antes que el bien común.
Sé que es difícil, pero me gustaría ver de una puñetera vez que la política que practican los Sánchez, Rivera, Iglesias... no tiene nada que ver con la política local. Que si nos parece bien e interesante la propuesta del rival, se dice, se apoya y punto. Para batallas dialécticas y de oratoria ya tenemos 350 diputados, 266 senadores y un sinfín de políticos, periodistas y programas de televisión. Para gestionar un pueblo estoy seguro de que se hará mucho mejor si partimos de la unión de todos aquellos que han sido elegidos por sus vecinos, sean del color que sean.
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