miércoles, 3 de abril de 2019

POLÍTICAMENTE INCORRECTOS


En estas semanas 'previas' a las distintas campañas electorales, donde las noticias o el intento de ellas se retozan airadamente para intentar confundir y revolver el pensamiento y hasta la conciencia de los votantes, tengo que decir, una vez más, que la política, cada día, da más asco.

Ya sé que no digo nada nuevo. Pero parece que no había bastante con las mentiras, calumnias y falsas promesas a las que nos tenían acostumbrados. Ahora, cualquier simpatizante, bien por las redes sociales, bien en el bar, es capaz de creerse cualquier argumento que le pongan. Y lejos de comérselo con patatas; lo comparte, lo debate, lo discute, lo defiende y lucha por él si es necesario.

Porque en este país tener la razón tiene más valor que conocer la verdad. He llegado a presenciar discusiones por Venezuela e Irán como si la visitáramos todos los veranos; y enfrentamientos de seguidores de Vox vs Podemos como si estuviéramos en plena Guerra Civil, o, incluso, que me digan que "el feminismo 'solo' lleva unos años".

En serio, ¿por qué nos creemos lo primero que nos dicen? ¿qué miedo tenemos a escuchar algo que no esperamos? En ocasiones creo que nuestra capacidad para filtrar una noticia nos la ha impuesto el partido político al que seguimos, como si fueran papá o mamá, creyéndonos que todo lo que hacen estará bien hecho.

¡No! No caigamos en la misma trampa. Esto no se trata de ser seguidor de un equipo de fútbol para lo bueno y para lo malo. Pueden gustarnos propuestas de todos los colores políticos. Sí, de todos. Puede haber diversidad de ideas, de opiniones, de gustos. Al menos, seamos libres de pensamiento.